El juego es una herramienta de aprendizaje fundamental
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El juego es una herramienta de aprendizaje fundamental y esta es una de las muchas razones por las que debe cuidarse durante la infancia.
La infancia es una etapa tremendamente importante para el desarrollo del individuo. Las experiencias vividas en esta etapa van a marcar la vida. Y es que hasta los 8 años se produce aprendizaje con gran rapidez. Esta etapa es vital para el desarrollo, pero veamos de forma específica este periodo:
Hasta los dos años, se produce una gran cantidad de conexiones neuronales favorecidas por la estimulación y el ambiente seguro. No nos cansamos de hacer hincapié en la importancia de la protección de la infancia, de generar un espacio de cuidado en el que los menores se sientan seguros. Esto, además, hace que el desarrollo se produzca de la mejor forma posible no solo en lo relativo a lo emocional, sino en lo cognitivo (además de otros tantos ámbitos). Hasta los 5, se produce el desarrollo del lenguaje y el juego sirve para interactuar con iguales y adultos, para explorar el mundo y desarrollar la creatividad.
Si nos paramos un segundo a pensar, tomamos conciencia de la cantidad de aprendizajes que realizamos a través del juego, desde agarrar o trepar en la primera infancia, hasta el desarrollo del lenguaje, o la inteligencia racional.
Teniendo en cuenta las ventajas del juego, entendemos por qué es fundamental en la escuela. El juego invita a la participación, motiva, divierte y es un vehículo para la adquisición de competencias, la comprensión de conceptos, de los límites y de la empatía.
Los juegos dramáticos, por ejemplo, pueden ayudar a la mejor comprensión de la lectura, pero también al desarrollo de la creatividad, a desarrollar habilidades sociales… Los juegos de mesa, por otra parte, ayudan a desarrollar habilidades como respetar turnos, tolerar la frustración, respetar las normas…
La tipología y naturaleza del juego cambia a medida que el niño o niña crece y, aunque mutando, se mantendrá a lo largo de toda la vida. En la primera infancia es común jugar a apilar, verter, encajar… juegos que se van a ir complicando con la edad. Así, un mismo juego puede ser usado de distintas formas en distintos momentos evolutivos, por ejemplo, Criaturas Infinitas puede usarse como juego de encaje, para apilar, agrupar piezas o construir en distintos niveles de dificultad (dos o tres dimensiones, por ejemplo) siendo un juego al que se puede sacar partido desde la primera infancia hasta la adultez.
Los juegos tradicionales, además, conectan a los niños y niñas con sus raíces y acercan su realidad a la de sus madres, abuelas, del mismo modo que acercarnos a los juegos actuales de los más pequeños nos hacen compartir su realidad ¿os animáis a enseñar los juegos de vuestra infancia a los más pequeños? ¿Y a jugar a los suyos?
Virginia Burgos