Un juego con potencialidad múltiple

Un juego con potencialidad múltiple

Es aquel tipo de juego en el que se manipulan objetos con el propósito realizar una construcción usando piezas separadas que han sido diseñadas para encajar entre sí a través de un ensamblaje. En el caso de Criaturas Infinitas, dichas piezas son conectores que se ensamblan con churros de piscina o bigudíes (en función de la escala), permitiendo hacer construcciones complejas.

El juego constructivo puede ser figurativo o abstracto. En el primer caso, las piezas deben ensamblarse según formas preestablecidas, en el segundo, las piezas pueden ensamblarse libremente, lo que incrementa las posibilidades de construcción. Aunque Criaturas Infinitas se enmarca dentro de los juegos abstractos, puede usarse como juego figurativo a través de la imitación de figuras previamente creadas por adultos o compañeros.

La actividad combinatoria es fundamental en este tipo de juego. Generalmente el ensamblaje suele realizarse de una única forma (como los encajes macho-hembra), que da lugar a distintas figuras en función del número de conexiones y la distribución que se le dé. El juego de construcción permite que los jugadores/jugadoras no se preocupen demasiado por el resultado, pudiendo modificar las creaciones durante el juego. Esto no solo facilita dar rienda suelta a la imaginación, sino poner en prácticas la resolución de problemas y expresar el mundo interior a través de la creatividad, las habilidades lógico-matemáticas y, en el caso del juego colaborativo, las lingüísticas.

Cabe decir que el tamaño de las piezas es importante para la interacción corporal implicado en su manipulación. Es este el motivo por el que el proyecto ofrece dos tamaños que posibilita distintas implicaciones a nivel corporal a través de distintos modos de ensamblaje de distinto grado de dificultad en función del desarrollo motor del jugador.

Criaturas Infinitas, como juego constructivo, no solo permite crear estructuras tridimensionales con las que el jugador puede modificar el entorno, también se adapta al cuerpo para permitir la creación de disfraces o vestuarios con los que apoyar un posible juego simbólico. Da. Por lo tanto, un paso hacia delante en este sentido, pudiendo usarse no solo como fin, sino como medio para un juego más complejo.

Virginia Burgos

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