La muerte y el juego
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La muerte es un concepto complejo. A los adultos nos cuesta entenderla si es que alguna vez llegamos a hacerlo, pero hay tres factores que la conforman y cuyo significado vamos descubriendo con el desarrollo: la irreversibilidad, la universalidad y la inevitabilidad.
La capacidad para gestionar un fallecimiento depende mucho del niño o niña en sí, pero es común que antes de lo 8 años no lleguen a entender que ellos mismos morirán.
El juego nos expone a situaciones que pueden ser enigmáticas para la infancia como un modo de acercamiento a su comprensión. Entender la muerte es una labor tan compleja que poder dividir su significado ayuda a procesarla.
El juego de acercar una realidad abrumadora y desbordante a la infancia. Son los niños y niñas los que proponen este juego y es nuestra labor permitirlos. Permitirlos, y estar atentos a varias cosas: que no generen ansiedad y que no sean juego único o repetitivo. En estos casos, sería conveniente buscar ayuda para permitir elaborar a los niños y niñas aquello que están tratando de gestionar a través del juego.
Y es que la actividad lúdica nos prepara para la vida a nivel práctico y emocional, y con ella entrenamos la gestión emocional de situaciones futuras o pasadas. El juego ayuda a procesar emociones que de otro modo serian inabarcables. Y es que jugar nos permite tener cierto control sobre la situación, cierto distanciamiento emocional y supone una exposición a la experiencia sin consecuencias negativas.
Representar una situación a través del juego, además, permite corregir el error en lo sucedido. Este cambio que puede generarse a través de la reexperimentación de la situación con elementos distintos es muy terapéutico.
Por último, la exposición a estas situaciones ayuda a regular también nuestras respuestas conductuales y fisiológicas. Es decir, funciona como entrenamiento. ¿qué podría hacer en caso de que…? ¿Qué podría haber hecho para…?
Es evidente que la cultura en la que esté inmerso el niño o niña va a influir en el modo de gestionar la muerte, en los juegos relacionados y en el procesamiento de situaciones de pérdida. Dista mucho el día de muertos en México, con sus representaciones de la muerte y sus juegos relacionados, con el día de todos los santos español o el Halloween anglosajón. El contacto con la muerte desde la infancia, pone a los niños y niñas en un lugar muy distinto en lo que afrontamiento se refiere, que el aislamiento en estas situaciones.
Es comprensible que, como adultos, estos juegos nos generen inquietud o preocupación, sin embargo, ¡están gestionando sus emociones y sus recursos! Están desarrollando habilidades para superar o enfrentar situaciones. Permitamos que lo hagan. Acompañémoslos en el proceso.
Virginia Burgos.