
Método Montessori nuestra reflexión en Criaturas Infinitas.
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Con frecuencia oímos hablar de distintos métodos pedagógicos que, en función de la moda de entonces, ocupan gran espacio del imaginario de madres y tutores. Pero, ¿en qué consisten estos métodos?
Ha habido distintos intentos a lo largo de la Historia (por suerte, no se ha desistido) de encontrar una pedagogía adaptada a los tiempos, especialmente al tiempo subjetivo del menor, es decir, que favorezca el aprendizaje de niñas y niños aprovechando distintos recursos y su desarrollo evolutivos.
Uno de los más conocidos es el método Montessori, un enfoque pedagógico propuesto por María Montessori que pretende respetar la libertad de los niños para aprender y desarrollarse a su ritmo, partiendo de un espacio preparado para ellos en el que el adulto es un observador que estimula el aprendizaje del menor respetando sus tiempos. Este método pretende respetar el ritmo de desarrollo personal de niños y niñas, sin imponer hitos evolutivos de forma rígida y generalizada.
El método Montessori parte de la base de que los niños y niñas tienen necesidades educativas específicas que irán cubriendo en su desarrollo e imponer el ritmo desde la mirada adulta, supone entorpecer. ¿Qué mejor modo de trabajar la autogestión que poniéndola en práctica desde la infancia?
Este método da gran importancia a los periodos sensitivos o “ventanas de aprendizaje”, es decir, a esos momentos en que el niño o niña tiene especial, interés por un tema concreto, algo que, en este todo, se aprovecha para estimular el aprendizaje en ese área respetando el interés del menor y su curiosidad.
Podríamos deducir que hay cierto margen de responsabilidad en el aprendizaje de los menores y dicho margen se basa en que el aprendizaje es más significativo cuando atiende al interés personal y que la motivación extrínseca interfiere en el aprendizaje. Es por ello que los premios no son parte de la dinámica en este método.
No está libre de crítica esta propuesta pedagógica. Los estudios que avalan su eficacia son tan escasos como los que se oponen a ella y su estandarización no parece muy sólida. En algunos casos se critica su rigidez, en otros su flexibilidad, lo cual parece hablarnos más de la formación de los profesionales que del método en sí… En cualquier caso, no deja de ser un intento de poner en el centro del aprendizaje al menor, lo cual es de agradecer.
¿Y tú qué opinas? ¿Conocías el método?