Suficientemente mayores para jugar - Criaturas Infinitas

Suficientemente mayores para jugar - Criaturas Infinitas

La semana pasada se inauguró la instalación de Criaturas Infinitas en Matadero. 
Fue bastante asombroso ver la acogida. Largas colas de familias que esperaban su turno pacientemente, entradas (gratuitas) agotadas en cada pase y… ¡adultos jugando! 
Y es que parece que necesitamos la excusa de tener a los más pequeños a nuestra carga para permitirnos jugar…

 
Al entrar en el mundo criaturas, un despliegue de imaginación tomó la palabra de adultos y niños. El juego parecía igualarnos, favorecer el contacto intergeneracional, con un único fin el lúdico. 

 
¿Por qué dejamos de jugar a ciertos juegos cuando crecemos? He de decir que antes de la apertura se hicieron un par de sesiones para las personas que habían apoyado el proyecto. Una de ellas casi exclusivamente de adultos. La respuesta fue abrumadora. Una hora de juego que se quedó más que corta en un contacto con la propia infancia que parecía haber olvidado, en muchos casos, y no haber perdido nunca, en los menos. Nuestra capacidad para disfrutar de estas “cosas de niños” sigue ahí, en algún lugar.

 
Permitirnos jugar como los niños que fuimos nos conecta con nosotros, con la parte más tierna, con la más gamberra, con la nuclear. Y es que la vida adulta nos niega tantas cosas, que parece amputarnos progresivamente trozos de lo que fuimos. Tener un espacio donde conectar con ello quizás nos ayude a recordar por qué nos dedicamos a lo que nos dedicamos, a replantearnos si era esto lo que queríamos hacer, quizás nos conectemos con los otros desde una mirada más limpia o simplemente nos ayude a conectar en un mundo en el que la prisa nos lo impide. Mirarnos a los ojos sin ninguna pretensión más allá de la diversión es un verdadero lujo. 

 
Jugando con criaturas he descubierto que mi juego no puede desligarse de mi forma de pensar (he creado molinos de viento, y utensilios variopintos de lo más prácticos), pero puede ampliarla. He descubierto que el juego de los otros enriquece el mío, que puedo conectar con otras personas de forma efímera como parte de un universo que se apaga cuando termina la sesión, y que eso es maravilloso. 

 
La instalación cerrará sus puertas el próximo domingo 16 de marzo. Os animamos a ir sin necesidad de acompañamiento infantil. Os animamos a jugar, a tomar contacto con los niños interiores o exteriores, a ser gamberros o dulces, a divertiros sin restricciones.

Virginia Burgos

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