Taller familiar para niños de 3 a 99 años de criaturas infinitas

¡Volvamos a la calle!

La forma de juego ha cambiado mucho en los últimos años. Cuando recordamos nuestra infancia, asociamos los momentos de ocio a la calle, al grupo de iguales y al deporte, frente al juego actual que parece estar más enfocado a la pantalla, al interior y a la conexión virtual.


¿Qué beneficios presenta aquel juego en plena calle frente a otros más sedentarios? La exploración del mundo ayuda al desarrollo físico y social. Nos relacionamos en la medida en la que encontramos actividades comunes y el juego es un ejemplo ideal de ello. Con el juego al aire libre estamos favoreciendo la creación de espacios para la convivencia con los iguales, para la comunicación horizontal, es decir, para el desarrollo espontáneo de habilidades sociales, habilidades que van a ser fundamentales en la adolescencia y la adultez.


La actividad física es inherente al juego en exterior, combatir el sedentarismo debería ser una prioridad en un mundo contemporáneo en el que el ocio sedentario domina la escena. En los juegos de exterior, los sentidos están alerta y reaccionan al medio y a sus cambios, a los obstáculos, sonidos… lo que potencia el desarrollo de habilidades cognitivas.


El juego activo ayuda a estimular la psicomotricidad gruesa y a explorar los límites del propio cuerpo, conocer la zona de confort y los beneficios que supone salir de ella. Poder enfrentarse a retos es una fuente inagotable de aprendizajes en la infancia, hacerlo en exterior, permite, además, conocer e interactuar con el entorno, sus posibilidades y limitaciones. Enfrentarse a pequeños retos y desafíos prácticos en los que son necesarias la coordinación, el equilibrio, la conciencia corporal… Y es que ¡el riesgo es necesario para el aprendizaje!


¿Qué ocurre si sumamos el juego con piezas sueltas al juego en exterior? El juego con piezas sueltas permite trabajar la creatividad aprovechando el medio natural cuando se realiza al aire libre, así, podemos usar el entorno como lienzo para nuestra creación, formando un vínculo con la naturaleza. Trabajar el lenguaje artístico en la infancia es dar la oportunidad a niños y niñas de expresar no solo sus ideas, sino su identidad, sin limitaciones.


¡Todo lo dicho no implica que debamos eliminar otros tipos de juego menos dinámicos! Cada juego cumple su función y la principal debería ser la diversión. ¿A ti qué te parece? ¿Volvemos a la calle?
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